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En el 2016 un niño wayuu, perteneciente a los aborígenes de la península de la Guajira, sufrió un incidente con gasolina que le causó quemaduras críticas en una de sus piernas. Debido al precario servicio de salud que presenta esta comunidad al norte de Colombia, no pudo recibir asistencia médica y fue atendido con curaciones e intervenciones tradicionales caseras que le hicieron en la ranchería. (Abuelo aprende a escribir en la pandemia y muestra feliz los nombres de sus nietos)
Las consecuencias se evidenciaron con el tiempo cuando las heridas cerraron pero empezaron a ser notorias sus falencias en movilidad. La rodilla quedó en un ángulo de 45 grados y con una severa deformidad en flexión, lesiones que le impedían caminar y realizar otros movimientos fundamentales. Su condición cambió cuando recibió la visita de Dr. Germán Sánchez, anestesiólogo de la Clínica Colombia en Bogotá, quien llegó a la comunidad wayuu durante una brigada de salud realizada por la Fundación Sanitas. (Aprueban castración a violadores de niños para prevenir más ataques)
Para esta cirugía, el equipo médico retiró tanto el tejido quemado como la brida cicatrizal que impedía la extensión de la pierna. Posteriormente realizó un colgajo libre microquirúrgico ultra delgado mediante súper microcirugía y reconstruyó el defecto para restituir y reconstruir la zona de trauma en el hueco popliteo (detrás de la rodilla), y un colgajo en propela para reconstruir la zona donante que permita la movilidad de la rodilla. (Requisitos para ser voluntario en la búsqueda de la vacuna contra el Covid-19)
“Durante la cirugía, los médicos encontraron que no era posible el cierre primario del sitio donde se extrajo el colgajo de la región inguinal, por tal motivo se realizó un segundo colgajo ultra delgado en propela basado en una arteria perforante de 1 mm para lograr el cierre óptimo de esta área. Gracias a este procedimiento, se evitó la cicatrizacion anomala del sitio donante (la ingle), así como el riesgo de causar algún deterioro en su crecimiento futuro”, informaron por medio de un comunicado y aseguraron que durante su recuperación “corría feliz por los pasillos del hospital. Gracias a esta cirugía, ahora podrá continuar con una vida normal”.
La realización de este procedimiento no solo permitió rehabilitar y reconstruir la pierna del niño wayuu, sino que la hazaña fue publicada en una de las revistas más importantes a nivel mundial de cirugia plástica: Annals of Plastic Surgery, evidenciando la calidad científica de este equipo médico colombiano que contó con asistencia de profesionales internacionales.
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