Plantaron 2 millones de árboles, recuperaron un bosque destruido y toda la fauna volvió al lugar

Hicieron un real santuario natural donde diferentes especies animales han llegado para vivir y preservar su existencia.

El fotógrafo Sebastião Salgado y Lélia Deluiz Wanick Salgado, su esposa, tomaron la decisión de demostrar al mundo lo que puede hacer un pequeño grupo de personas cuando se tiene amor al planeta. Su prueba fue reforestar un bosque devastado basándose en la capacidad que la tierra tiene para regenerarse en las condiciones adecuadas. (Con 104 años la primera reportera gráfica de Japón sigue haciendo fotos)

Sebastião comentó al diario The Guardian que: “La tierra estaba tan enferma como yo, todo fue destruido […] mi esposa tuvo una idea fabulosa para replantar este bosque y cuando empezamos a llevarla a cabo, todos los insectos, aves y peces regresaron”. El proyecto nació cuando el prestigioso fotógrafo regresó a Brasil en la década de los 90 después de documentar la terrible barbarie del genocidio de Ruanda, se sintió tan destrozado como ese bosque seco. (¡Hey, hola! dice este gato que tiene acento sureño y enloquece a quien lo escucha)

Esta acción podría ser considerada como una de las obras naturales desinteresadas más valoradas, si se tiene en cuenta que según la Organización de Alimentación y Agricultura de las Naciones Unidas, 129 millones de hectáreas de bosque (un área equivalente al tamaño de Sudáfrica) se han perdido para siempre desde 1990. Además, cada año se pierde un área del tamaño de Panamá. (El Cuartel de las Feas regresa a la televisión colombiana en una popular serie)

La siguiente es una foto del mundo gris que veía y retrataba Sebastião, ahora y junto a su esposa su color favorito es el verde.