La empresa se adapta a la situación por el COVID-19. Beatriz Fernández compartió conceptos para el éxito de su negocio en una columna de opinión en el diario El Colombiano.
Capacidad de innovar
Crepes & Waffles, que se caracteriza por darle oportunidades a madres cabeza de hogar, presentó un nuevo servicio en medio del COVID-19 con un grupo de domicialiarias, luego del cierre obligado de sus establecimientos a causa de la pandemia. Esta idea busca ser una forma de reinventarse con la idea de conservar las medidas de bioseguridad y mantener la línea de éxito que los ha caracterizado en Colombia durante varias décadas.
Un comienzo con convicción
Beatriz Fernández, fundadora de Crepes & Waffles, compartió en febrero de 2020 en una columna en el diario El Colombiano algunas claves del éxito de su negocio, del que recordó cómo comenzó en un local de la calle 85 con carrera 11 en Bogotá en 1980 como una crepería. “Cabalgábamos por el camino de la incertidumbre y lo desconocido, transitando, eso sí, con una confianza plena. Aquella fuerza interior era el motor que nos permitía convertir los errores y fracasos en experiencia y en conocimiento”, contó. (“Buscan voluntarios para acariciar cerditos rescatados, ¡participar y salvar una vida es muy fácil!”)
Un punto valioso
Fernández advierte en su relato que tras 20 años y luego de pasar de ser dos personas (los dos fundadores) a 6 mil empleados tiene claros algunos puntos sobre su negocio. “Si se me pregunta cuál es mi definición de éxito diría sin duda que lo que llevó a Crepes y Waffles a lo que es hoy es el grado de felicidad, de goce y de unidad que recorremos a diario”, reconoció en el texto en el que destaca la humanidad de sus colaboradores. (“Bebés nacen con apego a sus tías según la ciencia, ¡una segunda madre!”)
Convicción al por mayorHumanos
Un consejo fue determinante para seguir adelante en medio de su crecimiento, en una columna que se convierte en todo un mensaje para los emprendedores en medio de la situación laboral tan complicada en Colombia. “Jamás pensé en imposibles, escuchaba en mí la voz de mi padre: ‘Hija para ti las puertas siempre estarán abiertas’ y con ello me enseñó que los obstáculos son en realidad retos y que no tener dinero no significa carencia. Tenía abundancia en deseos, fuerza en la acción y riqueza en mi corazón”, explica Fernández sobre el éxito. (“Madre sobrevivió a la selva con sus hijos y no para de sufrir, ¡necesita de la ayuda de todos!”)
El valor de la humanidad
Fernández reconoce que en Crepes y Waffles tiene principios muy claros precisamente de la formación que tiene de su padre. “Frente a sus enseñanzas, desde entonces, ese golpe me hace cuestionarme y humanizarme con la realidad de las personas con las que trabajamos”, a lo que añade una percepción acerca de la economía, a la que critica al cuestionar que desde la academia solo se hable de oferta y demanda. “Yo la entendí como la forma en que nos tenemos que relacionar los seres humanos y todos con la naturaleza desde una conciencia humana e integral”, concluyó como parte del éxito de su negocio. (“Adoptó una abuelita con cáncer y le cambió la vida, ¡la cuidó hasta su muerte!”)