En el año 2009, Helenita Vargas, debió ser sometida a un transplante de hígado, del cual no salió muy bien; pues su cuerpo rechazó el nuevo órgano. Desde entonces, sus apariciones en público fueron muy pocas. Luego, en el 2011 fue internada en la Clínica Valle de Lilí, donde estuvo por tres semanas en cuidados intensivos. Finalmente, el 7 de febrero de 2011, Helenita, falleció en este mismo centro hospitalario.
Helenita y su familia pertenecían a la élite de la sociedad caleña; por lo que durante muchos años le recriminaron que se dedicara a la música. En especial porque su favorita era la ranchera, género que se consideraba hecho exclusivamente para hombres, tanto a la hora de escucharlo como para cantarlo. Sin embargo, la cantante nunca se rindió y siguió intentándolo hasta conseguir grabar su primer disco en 1968. El camino, siguió siendo difícil, pero su voz logró enamorar poco a poco al público hasta convertirse en la gran diva que todos conocimos.
“La ronca de oro”, grabó más de 20 discos. Su personalidad arrolladora y su peculiar voz, le fueron abriendo todas las puertas del éxito. Ella, labró el camino para que la música ranchera dejara de escucharse solo en cantinas y fuese interpretada también por mujeres, sin que esto se viera como algo reprochable. Dejó para la historias temas como: Mal hombre, María de los guardias y Pasaste a la historia.
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